LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
En
cualquier caso, en la llamada primera
revolución industrial que se da a lo largo del S.XVIII y que se
consolida en el S.XIX, se darán una serie de transformaciones tecnológicas y
organizativas que, aplicadas a los procesos de producción, harán posible la
transición de una economía agraria a una economía industrial capitalista. Será
un fenómeno que se impondrá y se extenderá con rapidez, tras emerger
principalmente en Inglaterra por influjo y confluencia de diversos factores,
como fueron:
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La creación del Banco de Inglaterra finales del S.XVII. Se dará, según
MONTOYA, A.(1991; 60) un rápido crecimiento del ahorro y del capital, con
movilidad y concentración de capitales favorecidas por las bajas tasas de
interés (en 1757 el tipo medio será del 3%).
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La introducción de la explotación del carbón, como nueva fuente de
energía.
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La explotación de la energía hidráulica.
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Las reformas en la agricultura, sustituyendo los cultivos dispersos por
recintos cerrados ó "enclosures".
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El desarrollo tecnológico en la industria textil, que con diversos y
sucesivos inventos permitirá importantes avances técnicos en la fabricación del
hilo, así como la creación de fábricas con telares (la primera en Doncaster en
Yorkshire en 1787) impulsadas motrizmente por máquinas de vapor.
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La movilidad del trabajo, liberado definitivamente de las opresivas
trabas del corporativismo gremial.
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El desarrollo tecnológico en la producción del hierro, cuya demanda
había crecido como consecuencia de la difusión de las máquinas de hilar y
coser. Se sustituirá la madera por el carbón, y así la producción de hierro y
carbón se convertirá en dos elementos básicos de la primera revolución
industrial.
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Finalmente, la invención de la máquina de vapor por Watt en 1769.
Según
HOBSBAWN (1962; 48), citado por COHEN, B. I.(1989; 234), "las
invenciones técnicas de la Revolución Industrial fueron sumamente modestas, muy
al alcance de los artesanos inteligentes que experimentabanen
sus talleres, o de la capacidad constructiva de carpinteros, mecánicos de
molinos y cerrajeros".
En cualquier caso, estos cambios tecnológicos, acompañados de nuevas formas de
organizar la producción, provocaron la aparición de un nuevo tipo de relaciones
entre empresarios y trabajadores.
En
un primer momento se desarrollarán conforme al modelo preindustrial (amo-criado;
señor-siervo) de dependencia, de admisión de un orden social
incuestionable en el que el sometimiento, la obediencia y el rendimiento en el
trabajo son valores importantes, heredados de la cultura rural.
Pero
este modelo de relaciones tradicionales transferido a la sociedad industrial quiebra
pronto, dejando el trabajador de pertenecer a la empresa y convirtiéndose en mera
fuerza laboral en competencia con unas máquinas que tratan de desbancarlo.
Será, con ello, la fuerza del hombre el principio de la riqueza, en
contraposición con los fisiócratas para quienes la fuente de riqueza era la tierra.
Así, y teniendo en cuenta la saturación del mercado de trabajo, como
consecuencia del éxodo masivo del campo a la ciudad que sigue a las reformas
del campo antes citadas, es fácil comprender el desplazamiento del interés del
empresario hacia los animales y las máquinas que, en muchos casos, serán más
baratos que la mano de obra humana como simple productora de energía aplicada a
la producción.
Dentro
de estos cambios, será el mercado libre la institución a la que se le
asigne una función central en el nuevo orden económico, cuya función será
lograr una situación de equilibrio entre los intereses encontrados de los
componentes de la sociedad. Y en ese mercado libre, el empresario podrá
contratar y despedir, sin que existan normas básicas que garanticen los
derechos básicos de los trabajadores. Ni siquiera el Estado puede interferir en
esas relaciones libres, limitando su función a velar la garantía de ese espacio
de libertad absoluta, frenando, por tanto, los intentos de los trabajadores
para agruparse para defender sus intereses. Pero estas relaciones no serán
iguales en todos los casos, pudiendo distinguirse dos grupos netamente diferenciados:
-
Los que conocen el oficio: artesanos con una
gran experiencia profesional, cuya relación es regulada en Inglaterra a través
del llamado Contracting System que se extiende en el tiempo desde 1750 hasta
1900, y que se caracterizaba por asignar una responsabilidad descentralizada,
al modo gremial, en donde los contratistas formaban a sus trabajadores vigilando
el proceso de producción. La ya comentada lealtad de este sistema de aprendizaje
y de esta relación laboral, será una de las diferencias respecto al otro grupo de
trabajadores. La existencia de este grupo de trabajadores especializados
posibilitará, además, que pueda darse la citada revolución industrial.
-
La gran masa del proletariado, en el que se
integraban los campesinos desposeídos de sus tierras que buscaban trabajo en torno
a los centros fabriles. Será el grupo sobre el que recaigan toda clase de
explotaciones, de humillaciones, de hacinamientos, en las condiciones de
trabajo, de vivienda, de seguridad y salubridad, con jornadas de hasta 17
horas, de indiscriminación entre hombres, mujeres y niños, etc. Las respuestas
a estas condiciones fueron complicadas, ya que aunque en principio se dieron
respuestas corporativas con ensayos asociacionistas -como las Houses of call-
por parte de los trabajadores mejor situados, las leyes acabaron con estas iniciativas.
En
este contexto, el orden social estamental hasta entonces en vigor irá dando
paso a una nueva estructura social de propietarios y trabajadores no
propietarios, dándose una polarización o lucha en el seno de lo que se denominará
una sociedad de clases. Sociedad en la que las difíciles condiciones de
trabajo y de vida de amplias franjas de la población harán que se den
diferentes propuestas de solución, que pueden agruparse en torno al socialismo
utópico, al socialismo real y al cristianismo.
*
Los socialistas utópicos [Sismondi
(1773-1842), Saint Simon (1760-1825), Fourier (1772-1837)], ideológicamente
estarán vinculados a las ideas del hombre ilustrado, a las concepciones
roussonianas de pensar que el hombre por su propia naturaleza es bueno, libre,
solidario, no egoísta.Admitirán
el sistema liberal proponiendo como solución de los desajustes que genera, soluciones
corporativistas y gremiales como los talleres de caridad, creados, tal
como comenta CORVISIER, A. (1979; 179), por el Estado para dar trabajo a los
desocupados como consecuencia de la pérdida de su trabajo en el campo.
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El socialismo real, cuyo
pensador emblemático será Marx, que junto a Engels, y siguiendo la lógica del
pensamiento de Hegel por el que el pensamiento domina la realidad y se
convierte en realidad, considerará que existen unas leyes objetivas que
acabarán con el sistema de producción capitalista y conducirán a la sociedad a
basarse sobre otro tipo de relaciones. A ello se llegaría a través de una
revolución inducida y dinamizada, ó a través de reformas importantes, en lo que
se conoce como vía socialdemócrata.
*
El pensamiento cristiano se
debatirá en una profunda ambigüedad, alejándose claramente de un pensamiento
marxista que, además consideraba el papel jugado por la religión como opresor,
como una superestructura del sistema capitalista al servicio de unas relaciones
de producción que racionalizan y justifican la explotación. Pero tampoco se
sentirá cómodo el mundo cristiano con los abusos del sistema liberal, siendo
sus soluciones meras referencias a modelos de vida social corporativistas, en
clara alusión al sistema gremial de épocas pretéritas.
Observe el siguiente video:
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